La tecnología está cada día más presente en el trabajo diario de los odontólogos. Su integración en las clínicas dentales ha permitido mejorar los diagnósticos, simplificar muchos procedimientos clínicos y mejorar la experiencia general del paciente.
En el caso de la ortodoncia, el flujo de trabajo digital hace referencia a una serie de procesos clínicos y de laboratorio que, mediante la integración de la tecnología digital, consiguen alcanzar los objetivos del tratamiento. Pero ¿cómo ha cambiado la tecnología la forma de practicar ortodoncia?
Simulaciones y la ortodoncia 3D
El cambio se constata desde la exploración inicial y la toma de registros en la que los escáneres intraorales han sustituido, en muchas consultas, a los modelos de escayola. A su vez, la digitalización de este proceso ha permitido diseñar programas como la aplicación Progressive Medit. Este software ortodóncico, que saldrá al mercado en febrero del próximo año, consigue, a partir de un archivo STL generado por cualquier escáner intraoral y de una teleradiografía, generar simulaciones 3D de los resultados del tratamiento para que el paciente y el doctor puedan visualizar el proceso y ver cómo va a terminar el caso.
La digitalización de la ortodoncia en este aspecto supone un notable ahorro de tiempo. Si hasta ahora eran necesarias una o dos horas de trabajo para realizar el trazado cefalométrico, hacer el análisis de modelos, crear diferentes VTO (Visual Treatment Objective) en función del plan de tratamiento que se iba a considerar, … La automatización de todas estas tareas reduce el proceso a cinco minutos escasos.
Monitorización de pacientes con casos de ortodoncia
Pero la ortodoncia digital no se limita simplemente al escaneado intraoral o a las simulaciones 3D. Los avances tecnológicos van mucho más allá, permitiendo incluso la monitorización remota de los tratamientos de ortodoncia a través de un pequeño dispositivo y una aplicación de móvil. Con este tipo de productos se puede realizar un seguimiento exhaustivo mediante escaneos semanales sin que el paciente tenga que acudir a la consulta. Gracias a la inteligencia artificial es posible detectar problemas en tiempo real y el profesional puede realizar los ajustes que estime necesarios. Todo ello redunda en una mayor eficacia, mejores resultados, la reducción del tiempo de tratamiento y, en definitiva, una atención individualizada.
Hasta ahora este tipo de avances tecnológicos tenían un coste muy elevado y estaban reservados únicamente a las clínicas dentales más exclusivas o a aquellas con mayor volumen de casos de ortodoncia. Pero gracias a colaboraciones como la que ha conseguido Progressive con la plataforma Dental Monitoring, las consultas más pequeñas también pueden acceder a este tipo de servicios. De esta forma cualquier paciente se puede beneficiar de los últimos avances tecnológicos.
Alineadores invisibles
Además de las aplicaciones y programas informáticos de última generación aplicados al diagnóstico en ortodoncia, las innovaciones tecnológicas también han impactado en el producto. Así, desde hace varios años, se están aplicando las últimas técnicas de impresión digital 3D a la fabricación de alineadores invisibles.
La mecánica consiste en crear un objeto tridimensional mediante la adición de capas sucesivas de material. Aplicado al campo de la ortodoncia, este proceso se traduce en imprimir en 3D una secuencia completa de alineadores que se ajusten específicamente a la forma y posición de los dientes de cada paciente, con el fin de mover gradualmente las piezas y obtener los movimientos previstos en la planificación virtual realizada previamente.
El éxito en la integración de las tecnologías mencionadas no sólo mejora la eficacia clínica, sino que también contribuye a una atención dental más precisa y personalizada. Si tú también quieres incorporar estas innovaciones en tu consulta no te puedes perder el curso ‘La nueva era de POS’ donde se presentará y se enseñará a manejar diferentes herramientas tecnológicas con el fin de mejorar y simplificar la práctica de la ortodoncia.